Larissa se baja de la moto gritando mientras dos chicos ríen detrás de un manillar.
-¡Iros a la mierda! ¡Los dos!
-Lara, esta noche llaman papá y mamá, así que ven temprano a casa, aunque sea con Diego.
-¡Que sí! ¡Adios!- sentencia mientras entra por la puerta trasera del chalet de su amigo. Nada más pisar la hierba con sus pies descalzos, ve a Ivan, a Carlos y, sobre todo, a Diego. Están dentro del agua, y se salpican como niños pequeños. Cuando Ivan la ve, se pone a saltar y a saludarla hasta que consigue que sus dos amigos se den la vuelta. Carlos, al verla, imitó a Ivan, pero Diego sale corriendo de la piscina y se acerca a darle un abrazo. Ella se ríe.
-¡Lara! -dice antes de besarla- ¿De qué te ríes?
-¡De tu reacción! Que cariñoso.
-Te echaba de menos. ¿Vienes de casa de tus tíos?
-Si. He venido con Emilio y con mi primo en mi Scooter. No pienso hablarles en mucho tiempo.
Diego ríe ante la mueca de su chica.
-Tranquila, pequeña, ya se la devolverás.
-Por supuesto.
-Oye, ¿Al final comemos mañana con tus tíos?
-Sí, y hoy me tengo que ir temprano a casa. Luego llaman mis padres.
-¿Quieres que te acompañe?
-Lo que tu quieras. Si prefieres quedarte aquí no pasa nada.
Él la coge del brazo y la gira de una manera que sus labios quedan muy cerca. Diego le susurra al oido:
-Lara, sabes que siempre te prefiero a ti...
Se separa de ella lo suficiente como para mirarla a los ojos, de un color verde esmeralda semejantes a los suyos, pero que para él, son totalmente distintos... Le parecen los ojos más hermosos del mundo, los únicos en los que es capaz de perderse, los únicos que detienen el tiempo, y le pasa un dedos por los labios mientras ella clava su mirada en los labios de él. Algo dentro de sus cuerpos se estremece cuando juntan sus labios, algo qu les dice que estarán juntos para siempre...
... hasta que sienten como alugunas gotas de agua fría salpican sus cuerpos, mojandolos casi enteros. Ivan y Carlos ríen mientras Larissa comienza a gritarles y Diego les perdona la ida con una mirada.
Ivan se acerca al bordillo nadando.
-Vamos, Lara, no ha sido para tanto.
Carlos se acerca y con una sonrisa maliciosa dice:
-Venga Ivan, si ya sabes lo que le gusta exagerar las cosas...
Lara se dá media vuelta con una mueca de enfado y, dando un zapatazo en el suelo se aleja hacia dentro de la casa con andares de modelo. Diego vuelve al agua.
-Diego, siento que sea tu novia pero está muy buena.- dice Carlos.
Pero solo obtiene una palabra por respuesta.
-Salido.
-Tío, reconoce que es verdad. Para tener dieciseis años está muy bien.
-Lo sé, y me preocupa. Todos los chicos se fijan en ella.
-Y ella solo te quiere a ti.
-Además, le encanta ser el centro de atención y después dejarlos a todos con las ganas... Menos a tí, claro. A tí t elo da todo.
Los tres se callan y la observan salir de la casa, con una toalla en una mano y con la otra en la espalda sujetandose las cuerdas del bikini, que no ha sido capaz de atarse. Deja la toalla en el césped y entra en la piscina con el mismo andar que entró antes en la casa. Cuando se acerca a Diego, le dice.
-Diego, átame esto, por favor.
Él hace un lazo mientras sus amigos les dan la espalda y ríen. Diego comprueba que en realidad Lara está intentando disimular una sonrisa, pero no puede más y, tras darse la vuelta, lo abraza. Diego la coge, retomando de nuevo el romanticismo que cortaron antes sus amigos.
---------------------------------------------------------------------------------------
Nada más estrar Larissa, Emilio acelera y él y Fran salen disparados a casa de Dani, el mejor amigo de Emilio y el hermano de Carolina, la mejor amiga de Lara. Entre ellos cuatro no hay secretos y nunca los ha habido... hasta ahora.
Cuando llegan, Emilio llama estrepitosamente a la puerta. Desde dentro se escucha la voz de una chica.
-¡Oh no! Ya está otra vez aqui Emilio... Dani, ¿Cómo debo decirte que te busques amigos menos ruidosos? Por lo menos, espero que hayas venido con Lara...
-Carol, sabes que lo haog para que me abras tu, porque te quiero y me gusta verte. Y Larissa no está, está en...
Antes de que termine, Carolina abre la puerta y termina la frase.
-¡No me lo digas! En casa de Carlos con Ivan y Diego. Yo voy ahora mismo para alla... Vaya,pero me has traido algo más interesante que Larissa, ¿No?- dice repasando cada detalle de Fran con la mirada. Emilio ría ante el rubor de su primo.
-No te preocupes, Fran. Carolina es siempre así.
-No, siempre no. Solo con los chicos realmente interesantes.- dice ella con una sonrisa traviesa en los labios. Se da la vuelta y, una vez de espaldas, dice- Chicos, estais en vuestra casa. Aunque Emi,eso tu ya lo sabes.
Fran entra siguiendo a su primo, impresionado por la soltura de aquella chica morena de ojos increiblemente azules y con unos shorts vaqueros oscuros realmente cortos.
-¡Dani está en el salón, con la play!- grita ella ya desde el piso de arriba.
-Gracias Carol.
Carolina les sonríe a ambos y entra en su habitación. Sonriente aún, pega la oreja tras la fría madera d ela puerta y escucha como los dos invitados entran en el salón. Sacude la cabeza y se dála vuelta, encarando su desastrosa habitación. De una zancada llega a la cama y, tirando toda la ropa y los peluches de encima al suelo, comienza ahacerla. Cuando termina, pone música mientras recoge y coloca aquel desastre.
-¡Yeah yeah yeah!
Sheepdog. Mando Diao. Carolina adora la música movida, con ritmo y gritos.
Cambia la anción. Ahora se escucha Holiday, de Green Day.
Abre el armario mientras la tararea. Dobla todos los pantalones y las camisetas y las coloca cuidadosamente. Mira el reloj. Las siete. Recoge su largo pelo negro en una coleta y elige bikini. Quiere ir provocativa, llamar la atención de los tíos. Ella es así.
Se quita la camiseta, debajo de la cual solo lleva unas bragas estilo brasileñas, y se las quita también. Se pone un bikini negro, de tirantas finas. Encima solo se pone unos shorts claros y una camiseta con mucho escote.Y, tras coger una toalla y su iPhone de último modelo, corre escaleras abajo.
Entra provocativa en el salón, donde en ese preciso momento los tres están en bañador y saliendo a la terraza. Dani lleva una pequeña bolse de plástico en la mano que esconde tras él al oir los pasos de su hermana.
-Emilio, déjame las llaves d ela Scooter de Lara y luego te llevas tu la moto de Dani...
-Está ien, ¡Toma!- Carolina las coge al vuelo, y justo antes de salir del salón, dice:
-Dani, no sé que escondes, pero se que no es algo bueno. Y, como que soy tu hermana, que averigüaré que es.
Lágrimas al aire.
Larisaa es una chica de 16 años, normal y corriente, como otra cualquiera. Pero tiene una cualidad especial: el sonreir. Sonreir ella, pase lo que pase, y hacer sonreir a los demás. Pero, por desgracia, esto cambia cuando todo su mundo empieza a desmoronarse...
domingo, 8 de mayo de 2011
miércoles, 16 de marzo de 2011
Capítulo 4.
Siente el sol sobre su piel, mientras escucha a su primo y a su hermano hablar dentro del agua. Su tia duerme en una tumbona, a su lado. ¿Y tío Quirón? Bah, estará dentro de la casa durmiendo también. Y Larissa, sin darse cuenta, va por el mismo camino, hasta que al final el cansancio le puede y comienza a respirar acompasadamente...
Cuando abre los ojos, se percata de que alguien ha abierto la sombrilla más cercana para que no se quemase. Y sonríe mientras se levanta. Se despereza y mira el reloj. Las 6.30. Se encoge de hombros y mientras se sienta en el bordillo de la piscina, con los pies dentro del agua, marca el numero de Diego en su Nokia color fucsia. Al segundo pitido se escucha al otro lado de la línea:
-¡Hola Lara!- grita, como siempre.
-Hola Diego, ¿Qué tal? ¿Qué haces?
.Pues ahora mismo iba a pasar a por Ivan, ¿Por?
-Por que quería decirte que mis tíos nos han invitado mañana a comer...
-¿Qué? ¿En serio?
-Sí, y como habiamos quedado más tarde, he pensado que no era una buena idea...
-Buena no, ¡Genial! Pienso impresionar a tus tíos, que lo sepas.
Larissa echa la cabeza hacia atrás mientras sonríe. Sus dientes destellan a la luz del sol.
-Pues me parece bien. Mi primo ha cambiado un montón...
-¿Fran? ¿Ese que os caía tan mal?
-Sí, pero hoy está diferente, no sé... Por cierto, no veo ni a Fran ni a Emilio desde la comida. Voy a buscarlos...
-Está bien, pequeñaja. Yo me paso a por Ivan y vamos a la piscina de Carlos. ¡Vente si quieres!
-Si me da tiempo, después paso a veros, ¿Vale?
-Vale pequeña. Adios te quiero.
-¡Te quiero!
Se levanta, y tras dejar el movil en la mesa de la cocina, entra en la casa. No hay nadie en el salón y sube a , donde recuerda que está la habitación de su primo. Desde fuera escucha unas risas y a Fran y a Emilio hablando.
-Bueno, ¿Y tu qué tal llevas lo de los amores?- pregunta Fran en ese momento.
-Pues como siempre. Hay una amiga de mi hermana, Annabel, que me gusta y tal pero...
En ese momento, irrumpe Lara en la habitación.
-¿Cómo que Annabel? Pero, ¿A ti no te gustaba Rebeca?
-¡Lara! ¿Qué hacías ahi?
-Iba a llamar pero te he oido y...- Larissa se detiene con un gesto de perplejidad- ¿Annabel? ¿En serio?
-Si y... no. Tienes razón. Estoy enamorado de Rebeca, pero se que ella nunca se fijaría en mi,y Annabel no está nada mal.
-¡Eh, a Anna no la utilices así! Además, a ella le gusta Guille.
-¿El hermano de Rebeca?
-Sí.
-Bueno pues ya encontraré a alguien.
-Pero, ¿por qué no se lo pides a Rebeca? Sois unos tontos... En fin, haced lo que queráis. Emilio,¿Me llevas a casa en la scooter? Me voy a la piscina de Carlos.
-Fran y yo nos vamos a casa de Dani a echar un fifa ¿Te vienes y te dejamos en casa de Carlos o tienes que coger algo de casa?
-No, no tengo que coger nada pero...¿Los tres e la scooter?
Al ver la cara de Larissa Fran rió y Emilio contestó:
-¿Por qué no? Será divertido.
Cuando abre los ojos, se percata de que alguien ha abierto la sombrilla más cercana para que no se quemase. Y sonríe mientras se levanta. Se despereza y mira el reloj. Las 6.30. Se encoge de hombros y mientras se sienta en el bordillo de la piscina, con los pies dentro del agua, marca el numero de Diego en su Nokia color fucsia. Al segundo pitido se escucha al otro lado de la línea:
-¡Hola Lara!- grita, como siempre.
-Hola Diego, ¿Qué tal? ¿Qué haces?
.Pues ahora mismo iba a pasar a por Ivan, ¿Por?
-Por que quería decirte que mis tíos nos han invitado mañana a comer...
-¿Qué? ¿En serio?
-Sí, y como habiamos quedado más tarde, he pensado que no era una buena idea...
-Buena no, ¡Genial! Pienso impresionar a tus tíos, que lo sepas.
Larissa echa la cabeza hacia atrás mientras sonríe. Sus dientes destellan a la luz del sol.
-Pues me parece bien. Mi primo ha cambiado un montón...
-¿Fran? ¿Ese que os caía tan mal?
-Sí, pero hoy está diferente, no sé... Por cierto, no veo ni a Fran ni a Emilio desde la comida. Voy a buscarlos...
-Está bien, pequeñaja. Yo me paso a por Ivan y vamos a la piscina de Carlos. ¡Vente si quieres!
-Si me da tiempo, después paso a veros, ¿Vale?
-Vale pequeña. Adios te quiero.
-¡Te quiero!
Se levanta, y tras dejar el movil en la mesa de la cocina, entra en la casa. No hay nadie en el salón y sube a , donde recuerda que está la habitación de su primo. Desde fuera escucha unas risas y a Fran y a Emilio hablando.
-Bueno, ¿Y tu qué tal llevas lo de los amores?- pregunta Fran en ese momento.
-Pues como siempre. Hay una amiga de mi hermana, Annabel, que me gusta y tal pero...
En ese momento, irrumpe Lara en la habitación.
-¿Cómo que Annabel? Pero, ¿A ti no te gustaba Rebeca?
-¡Lara! ¿Qué hacías ahi?
-Iba a llamar pero te he oido y...- Larissa se detiene con un gesto de perplejidad- ¿Annabel? ¿En serio?
-Si y... no. Tienes razón. Estoy enamorado de Rebeca, pero se que ella nunca se fijaría en mi,y Annabel no está nada mal.
-¡Eh, a Anna no la utilices así! Además, a ella le gusta Guille.
-¿El hermano de Rebeca?
-Sí.
-Bueno pues ya encontraré a alguien.
-Pero, ¿por qué no se lo pides a Rebeca? Sois unos tontos... En fin, haced lo que queráis. Emilio,¿Me llevas a casa en la scooter? Me voy a la piscina de Carlos.
-Fran y yo nos vamos a casa de Dani a echar un fifa ¿Te vienes y te dejamos en casa de Carlos o tienes que coger algo de casa?
-No, no tengo que coger nada pero...¿Los tres e la scooter?
Al ver la cara de Larissa Fran rió y Emilio contestó:
-¿Por qué no? Será divertido.
domingo, 13 de marzo de 2011
Capítulo 3.
Riiiing. El timbre suena demasiado alto, como siempre en esa casa, pero aún así Lara lo deja pulsado un rato, sólo pensando que hay alguna posibilidad de que su primo esté dormido y así lo podrá fastidiar un poco. Todo se le va al garete cuando ve que el que abre la puerta es é.l.
-¡Emilio! ¡Larissa! Cuanto tiempo-grita mientras los abraza.
-Hola Fran- dice Emilio con una sonrisa tímida. Su primo mayor siempre le ha intimidado. -¿Qué tal por Barcelona?
-Bueno.. No me va mal, pero me podría ir mejor.
-Filosofeando, como siempre- suspira Larissa.
Él sonríe.
-Lara, estás muy guapa.
-Gracias, Fran. Tú has cambiado muchisimo... ¿Vas al gimnasio?
Él ríe.
-Voy a menudo. Gracias por notarlo.
Lara sonríe. Vaya. Y no solo ha cambiado fisicamente, ¡Está sonriendo! Lara no recordaba la última vez que lo vió reirse. Y eso le hace sentir feliz y extraña a la vez, sin saber por qué.
Entra en el patio de la casa siguiendo a los dos muchachos y, tras atravesar el edificio, aparecen en el jardín, donde están sus tíos.
Él al lado de la barbacoa y ella nadando en la gran piscina, con el mosaico de una ninfa como fondo. Al lado de la piscina hay un conjunto de hamacas y tumbonas, listas para ser utilizadas en cualquier momento, y al lado contrario de la piscina una mesa preparada con todo tipo de comidas y una gran variedad de refrescos. Sus tíos son así, siempre a lo grande.
-¡Lara, Emilio! Cuanto tiempo, ¿Qué tal todo? ¿Cómo les va a vuestros padres el viaje?
-Hola tio Quirón- sonríe Emilio mientra Larissa se arrodilla al lado de la piscina para hablar ocn su tía- Pues muy bien, ahora deben de estar por Italia...
-¡Qué suerte tienen!- exclama Quirón.
Lara se aleja de la piscina acompañada de su tía y, mientras ésta se pone un pareo encima del bañador mojado, Larissa deja la bolsa con todo en una tumbona. Después entran en la casa sin mirar si quiera a los hombres. Fran, que estaba observando la escena desde lejos, se acerca a la barbacoa y comenta mientras abre una botella de cerveza:
-Parece que esas dos se llevan muy bien, ¿No?
-Sí. Desde siempre ha sido así, se lo cuentan todo.- Responde el mayor de los tres.
-Pero es por todo el tiempo que pasaba Lara aqui de pequeña- sugiere Emilio mientras acepta la cerveza que le ofrece su primo.
-Puede ser, pero más que tía y sobrina parecen amigas.
Emilio asiente y cambiando de tema, comenta:
-Fran, ¿Cuánto tiempo vas a pasar tu aqui? ¿Cuándo vuelves a Barcelona?
Fran hace una mueca y suspira.
-Pues no lo sé, la verdad es que las cosas me van bastante torcidas por alli... ¡Con decirte que solo me va bien de amores!
-Bueno, pues por una parte me alegro y por otra lo siento.
-No te preocupes- sonríe Fran- Ya cambiarán las cosas.
-Oye, ¿Y tienes novia?
-Sí, se llama Alicia. Viene mañana de Barcelona.
-Pues me alegro mucho por ti.
-Podriais veniros mañana a comer, ¿No papá?
-Si, no es una mala idea.
-En todo caso, vendría yo solo... Larissa cumple un año con su novio y no se lo perdería por nada del mundo.
-Pues que se venga el novio también, y así lo conocemos. ¿Cómo se llama?
-Diego. No sé, pordéis proponerselo. Es un buen muchacho.
En ese momento, salen ambas mujeres riéndose, con un espejo y varios peines y cepillos en las manos, y tras en una hamaca, se acercan a sus familiares.
-Lara, ¿Te vienes mañana con tu novio a comer?- Pregunta Fran al instante.
-¿Mañana? Pues se lo preguntaré... Habiamos quedado a las cuatro para celebrar el año, pero no es mala idea comer juntos.
-¡Así me gusta! Bueno, ¿Comemos ya?
-¡Por mi!
-¡Vale!
-¡Perfecto!
-¡Emilio! ¡Larissa! Cuanto tiempo-grita mientras los abraza.
-Hola Fran- dice Emilio con una sonrisa tímida. Su primo mayor siempre le ha intimidado. -¿Qué tal por Barcelona?
-Bueno.. No me va mal, pero me podría ir mejor.
-Filosofeando, como siempre- suspira Larissa.
Él sonríe.
-Lara, estás muy guapa.
-Gracias, Fran. Tú has cambiado muchisimo... ¿Vas al gimnasio?
Él ríe.
-Voy a menudo. Gracias por notarlo.
Lara sonríe. Vaya. Y no solo ha cambiado fisicamente, ¡Está sonriendo! Lara no recordaba la última vez que lo vió reirse. Y eso le hace sentir feliz y extraña a la vez, sin saber por qué.
Entra en el patio de la casa siguiendo a los dos muchachos y, tras atravesar el edificio, aparecen en el jardín, donde están sus tíos.
Él al lado de la barbacoa y ella nadando en la gran piscina, con el mosaico de una ninfa como fondo. Al lado de la piscina hay un conjunto de hamacas y tumbonas, listas para ser utilizadas en cualquier momento, y al lado contrario de la piscina una mesa preparada con todo tipo de comidas y una gran variedad de refrescos. Sus tíos son así, siempre a lo grande.
-¡Lara, Emilio! Cuanto tiempo, ¿Qué tal todo? ¿Cómo les va a vuestros padres el viaje?
-Hola tio Quirón- sonríe Emilio mientra Larissa se arrodilla al lado de la piscina para hablar ocn su tía- Pues muy bien, ahora deben de estar por Italia...
-¡Qué suerte tienen!- exclama Quirón.
Lara se aleja de la piscina acompañada de su tía y, mientras ésta se pone un pareo encima del bañador mojado, Larissa deja la bolsa con todo en una tumbona. Después entran en la casa sin mirar si quiera a los hombres. Fran, que estaba observando la escena desde lejos, se acerca a la barbacoa y comenta mientras abre una botella de cerveza:
-Parece que esas dos se llevan muy bien, ¿No?
-Sí. Desde siempre ha sido así, se lo cuentan todo.- Responde el mayor de los tres.
-Pero es por todo el tiempo que pasaba Lara aqui de pequeña- sugiere Emilio mientras acepta la cerveza que le ofrece su primo.
-Puede ser, pero más que tía y sobrina parecen amigas.
Emilio asiente y cambiando de tema, comenta:
-Fran, ¿Cuánto tiempo vas a pasar tu aqui? ¿Cuándo vuelves a Barcelona?
Fran hace una mueca y suspira.
-Pues no lo sé, la verdad es que las cosas me van bastante torcidas por alli... ¡Con decirte que solo me va bien de amores!
-Bueno, pues por una parte me alegro y por otra lo siento.
-No te preocupes- sonríe Fran- Ya cambiarán las cosas.
-Oye, ¿Y tienes novia?
-Sí, se llama Alicia. Viene mañana de Barcelona.
-Pues me alegro mucho por ti.
-Podriais veniros mañana a comer, ¿No papá?
-Si, no es una mala idea.
-En todo caso, vendría yo solo... Larissa cumple un año con su novio y no se lo perdería por nada del mundo.
-Pues que se venga el novio también, y así lo conocemos. ¿Cómo se llama?
-Diego. No sé, pordéis proponerselo. Es un buen muchacho.
En ese momento, salen ambas mujeres riéndose, con un espejo y varios peines y cepillos en las manos, y tras en una hamaca, se acercan a sus familiares.
-Lara, ¿Te vienes mañana con tu novio a comer?- Pregunta Fran al instante.
-¿Mañana? Pues se lo preguntaré... Habiamos quedado a las cuatro para celebrar el año, pero no es mala idea comer juntos.
-¡Así me gusta! Bueno, ¿Comemos ya?
-¡Por mi!
-¡Vale!
-¡Perfecto!
sábado, 12 de marzo de 2011
Capítulo 2.
-Lara…Lara… ¡Lara!- Susurra Emilio mientras sacude a su hermana – Son las cuatro de la tarde. Hemos quedado dentro de una hora y ¡No pienso llegar tarde por tu culpa! Así que arriba.
-Mmm… Jopé Emilio… Que no he dormido casi nada…-dice mientras se restriega los ojos. A Emilio le recuerda a un gato recién despertado y sonríe ante la escena.
-Es verdad… ¿Qué tal anoche con Diego?
-Genial, fue todo precioso…
-¿Pero a donde fuisteis? Además… ¿No cumplís mañana el año?
-Sí, pero él lo adelantó dos días y me dio la sorpresa ayer…
-¿Y qué pasó? ¿A dónde te llevó? ¿Que hicisteis?
Larissa comprendió que lo que realmente le preocupaba a su hermano era la última pregunta.
-Si te refieres a que si nos hemos acostado la respuesta es no. El piensa que aun no debemos porque soy demasiado pequeña –Dijo Lara más fría de lo normal.
Emilio se mordió el labio. Aunque su hermana tuviera dos años menos que él, era igual o más madura… Y en el fondo, Emilio, se sentía un poco responsable por eso.
-Larissa lo siento de verdad… Ponte en mi lugar, yo confío en ti pero pasar la noche por ahí sola con un chico con un año mayor…
-Once meses- Enfatizó en la palabra once.
-Vale lo siento. Parece que te he cabreado… Te dejo sola antes de seguir metiendo la pata.
Dijo mientras se levantaba del borde de la cama y daba grandes zancadas hasta la puerta. Lara suspiró. Su hermano se preocupaba demasiado por ella… Sabía que tenía 16 años y que hay cosas que no se deben hacer a esa edad… Pero para él, Lara seguía siendo una niña pequeña.
-Emilio ven anda…
Retrocedió lo andado y se volvió a sentar donde antes, algo más avergonzado.
-Lo siento en serio, pero es que todos me tratáis como si tuviera seis años… O esa es mi impresión. Y hay veces que no puedo más…
Emilio sonrió.
-Lara, ¿Sabes una cosa? Te entiendo… Pero cuando te tratamos así, es porque nos preocupamos por ti, porque te queremos… Además, yo confío en ti, se que eres responsable… ¡Sino, no te hubiera dejado pasar la noche por ahí con un chico mayor que tú!
La última frase la hizo sonreír.
-Gracias Emi…
-De nada, y ahora vístete que llegamos tarde.
-Pero, ¿A dónde?
-Hoy nos invita el tío Quirón a comer. Es que ha venido el primo desde Barcelona y dice que quiere que lo veamos…
Larissa se cubre la cara con la almohada mientras hace una mueca de disgusto.
-Nunca me ha gustado Fran.
-Lo sé, pero es de la familia.
-‘Es de la familia, es de la familia’ –Dice Larissa imitando con tono de burla a su hermano.- Es de la familia, pero tonto.
Emilio sonríe y la convence:
-Pero piensa, tía Carmi estará allí. Y tiene los botines que te compró.
-Emi, pensaba ir igualmente, no hacía falta que me sobornaras…
-Si, pero, ¿A qué ahora tienes más ganas?
Ella sonría.
-No te lo niego. Y ahora, ¿Te importaría salir de mi cuarto para que me pueda vestir?
-Dicho y hecho- Sonríe mientras se levanta y sale de la habitación. Es el hermano mayor más responsable y cariñoso que se puede tener.
Larisa suspira cuando su hermano cierra la puerta. Menos mal que se ha ido. Se quita la sabana de encima y solo lleva un conjunto de lencería negro, aunque no hiciera nada con Diego, está desnuda. Sus manos son más rápidas que la conciencia de ella. Aunque él sabe que Larissa aún no está preparada, y lo respeta. La quiere demasiado y jamás la obligaría a nada.
Se levanta y abre el armario. Sus tíos tienen piscina asique antes de nada se pone el bikini, y encima unos vaqueros cortos claro y una camiseta amarilla con muchos dibujitos.
Abre un poco la puerta y grita:
-¡Emilio! ¿Llevas el bañador?
-¡Sí! Pero coge tu las toallas y demás por favor.
Larissa refunfuña para si misma:
-Está bien… Pero mira que es vago.
Abre el armario y saca una bolsa rosa de piscina. Dentro mete toallas, cartas y crema solar. Por último coge las gafas de sol y se las pone modo diadema. No se molesta ni en maquillarse.
En el salón, Emilio está tumbado en el sofá viendo la televisión.
-¿No podrías haber recogido ni siquiera tu cuarto? Anda, vámonos ya.
-Está bien- Se levanta y apaga la tele- Lara, ¿Dónde están las llaves de tu Scooter?
-¿Vamos a ir en moto? Pero mira que eres perro… Están en la entrada. Yo voy bajando para ir sacando los cascos y todo.
Y sin esperar respuesta sale y llama al ascensor. Una vez abajo le quita la pata de cabra a la moto y saca los cascos. Cuando termina aparece Emilio y antes de darle tiempo a nada, le tira uno de los cascos, el negro, y se pone ella el suyo, rosa fucsia. Hace ademán de ir a sentarse delante, pero de repente se acuerda de su hermano y se echa hacia atrás. Emilio se monta delante, arranca y en menos de cinco minutos están en casa de sus tíos.
Capítulo 1.
Se incorporó rápidamente en la cama entre sudor y jadeos. Otra vez la misma pesadilla. A este paso, va a necesitar un psicólogo o buscarse una historia peor para tener variedad en las pesadillas. Sacude la cabeza mientras piensa en eso y mira el reloj. Las cuatro y veintitrés minutos de la madrugada.
-Agh…Pero si solo hace una hora que me he acostado… -refunfuña.
Es lo que tiene el verano en Badajoz. Noches de calor y malos sueños. Se levanta en mitad de la noche en busca de un poco de agua. Pasa por la habitación de Emilio, su hermano mayor. El nunca ha tenido problemas para dormir. Suertudo. Llega a la cocina y enciende la luz. Abre la nevera y saca una botella pequeña de agua de la que bebe mientras vuelve a su habitación. Cuando cruza la puerta, ve que la pantalla de su móvil se está iluminando.
-Menos mal que lo puse en silencio…- Susurra mientras mira el número. Es Diego. Sonríe mientras descuelga.
-Dime cariño.
-¡Pequeña! –Habla tan alto que Larissa tiene que apartarse un poco el móvil del oído- ¿Dónde estás?
-¡Pues en casa! –susurra ella- ¿Dónde si no?
-¡Lara, en serio, eres una sosa! Bájate que en 10 minutos paso a por ti.
-Pero Diego… Estoy en pijama.
-No importa, estaremos los dos solos.
Ella sonríe.
-Está bien… ¡Pero date prisa en llegar!- Y le cuelga. Lo quiere, pero está loco.
¿Y a qué viene esta quedada tan tarde? Bueno, qué más da, lo importante es que como no se de prisa, no le va a dar tiempo a arreglarse un poco antes de bajar. Deja el móvil encima de la mesilla y sale corriendo silenciosamente hasta el baño con unos pantalones cortos y un top en la mano. Cuando llega se viste lo más deprisa que puede, se peina e inclusa se lava los dientes a toda velocidad. Finalmente se mira al espejo.
-Mmm… no está mal para haberme arreglado solo en 5 minutos. –Susurra. Sonríe y sale del baño camino de su habitación de nuevo. Se mete el móvil en el bolsillo y coge un boli y un papel para dejarle una nota a su hermano. Sus padres están de viaje, así que no se preocupa de que la pillen. Escribe rápido pero aún así, con una caligrafía impecable:
‘Emilio, he salido a dar una vuelta con Diego, no te preocupes si no he vuelto cuando te despiertes, puede que me quede a dormir en casa de Carolina. Te quiere, la mejor hermanita del mundo: Lara’
Larissa tapa el bolígrafo, coge el papel y lo deja cuidadosamente en la mesilla de noche de la habitación de su hermano mayor. Y por fin, coge las llaves de casa, sale, cerrando con muchísimo cuidado la puerta y echa a correr escaleras abajo. No le gusta utilizar el ascensor.
Cuando llega abajo y sale del portal, Diego ya está allí. Trae la moto y dos cascos. Lara corre hacia él y le besa cuando llega a su lado. Cuando lo suelta, le arrebata el casco de las manos, y dice entusiasmada:
-¿A dónde me vas a llevar?
Diego sonríe. Ama a Larissa. Siempre tan activa, tan buena…
-Es una sorpresa. ¿Traes bikini?
-No…
-Bueno da lo mismo… Siempre te puedes bañar en ropa interior.
Larissa le da una colleja y le grita:
-¡Cerdo!
-¡Lara! Encina de que he dicho en ropa interior y no desnuda…
-Anda, arranca ya que todavía me quedo aquí…
Sonríen los dos. Cualquiera que los viera, pensaría que ese es el retrato perfecto de dos adolescentes despreocupados y enamorados…
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